Tras una traumática relación destructiva, la cineasta Maja Borg trata de recuperar el sentido de la intimidad y de reestablecer límites, adoptando simultáneamente rituales de la práctica BDSM queer y de su propia herencia cristiana. Borg retrata la humanidad subyacente en el corazón de las comunidades BDSM, a la vez que arroja luz sobre sus similitudes con el cristianismo. El nexo entre entre sexualidad y espiritualidad es para Borg muy claro y se llama "Pasión".